Retrato utópico de la identidad
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Cuando Mayra bajo del avión luego de su estancia en Venezuela llevaba tres cosas consigo: en la mano derecha una maleta con más libros que ropa; en el hombro izquierdo la Canon AE1 que le había prestado su abuela sabiendo que nunca se la devolvería; y en la mente, una terrible necesidad de volver Ciudad Juárez, que no visitaba desde hacía años..
Cuando Mayra bajo del avión luego de su estancia en Venezuela llevaba tres cosas consigo: en la mano derecha una maleta con más libros que ropa; en el hombro izquierdo la Canon AE1 que le había prestado su abuela sabiendo que nunca se la devolvería; y en la mente, una terrible necesidad de volver Ciudad Juárez, que no visitaba desde hacía años.
Al llegar, encontró la ciudad distinta, “con una vibra muy cabrona”, según me dijo después. Y es que resultaba imposible no mirar las fotos de las mujeres desaparecidas, algunas de su edad, algunas más jóvenes.
Esmeralda, Erika, Jazmín, Ana, María Elena, Neyra, Diana, Julia, María de los Ángeles, Noemí se leía una a una. Mayra entendió que no estaban muertas, sino en una etapa suspendida, en la que no se sabe qué pasó con ellas, si están vivas o si algún día regresarán.
—¿Cómo se pueden perder personas, tantas personas, y nadie puede decir cuántas chicas están desaparecidas?— pensó mientras arrancaba uno a uno los letreros; lo pensó después mientras visitaba una a una las casas de las desaparecidas y lo pensó también cuando decidió retratar su ausencia o como diría Mayra “su presencia a través de los recuerdos que tienen sus familias”.
Cuando ví las fotos de Mayra encontré los retratos de aquellas que ya no estaban, pero que continúan ahí, con su ropa intacta, sus retratos a mano, sus habitaciones vacías y hasta su lista de pendientes.
—¿Qué se puede hacer en Ciudad Juárez?— le pregunte a Mayra.
—En Juárez ya caducamos como especie, ya no tiene arreglo; ahí se comete lo peor, no son sólo las muertes, sino lo que ocurre: mujeres, a veces niñas, que son violadas, torturadas y hechas pedacitos, en ocasiones por sus propios familiares— me dijo.
No supe que responder.
Nota original
8 de agosto de 2008, 18:20
Pues ya que está de moda... YO FANS!!!