Afilando las uñas
Etiquetas: Cuervo, número 03 0 comentariosNo había mucho que decir. La pasada ocasión había quedado muy claro todo. Ahora era cuestión de esperar. Quizás (decían al Cuervo el Elefante, la Gallina, el Hámster y el Toro) sería prudente hacer una diáspora. Dispersarse para conocer a más animales, para encender en ellos la llama de la comunicación. "Expresad sus vivencias", decía el Cuervo, pero su graznido no había alcanzado a todos...
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No había mucho que decir. La pasada ocasión había quedado muy claro todo. Ahora era cuestión de esperar. Quizás (decían al Cuervo el Elefante, la Gallina, el Hámster y el Toro) sería prudente hacer una diáspora. Dispersarse para conocer a más animales, para encender en ellos la llama de la comunicación. "Expresad sus vivencias", decía el Cuervo, pero su graznido no había alcanzado a todos, o quizás ese sonido se había estancado en el oído de muchos y sólo faltaba hacerlo revolotear de nuevo para que echara raíces y comentaran lo que todos veían.
Somos los espías del mundo. Debemos darle la dimensión de fantasía que faltan en las crónicas humanas, pues la fantasía puede ser más real de lo que todos pueden creer. Y así, los animales estaban de acuerdo con el Cuervo y decidieron que era momento de darle más fuerza a lo que habían comenzado. Esta era su tercera reunión y todo pintaba con un panorama tranquilo y relajado, es un nuevo futuro el que habían vislumbrado. Entonces, si todos estaban de acuerdo con ello ¿por qué no enviaban sus mensajes? ¿A caso era desidia? Entonces había que animarlos:
"¡Animales del mundo... uníos! Que se escuchen sus palabras, que la ficción inunde sus letras. Leed y escuchad lo que dicen los humanos y cuenten lo que sus mentes les indiquen. Vean las noticias, entierren los juicios racionales y dejen echar a volar su imaginación. Es difícil en un momento, el primer momento, pero verán, verán que tan pronto consigan esa pequeña luz, se extenderá como una quemazón que sólo puede apagarse cuando escribimos. ¡Animales del mundo... uníos!".
Y así, con el corazón recargado, partieron de nuevo todos los animales, esperando que la próxima reunión fuera más abundante, más abundante y llena de experiencias que contar...
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